A la espera de las interinidades y desde mi retiro vacacional escribo la segunda parte de aquella entrada titulada 'En el fragor de la batalla' sobre las oposiciones en general y las de secundaria (inglés) en particular. Estas son algunas de las conclusiones que he sacado del proceso.
1. Hay que cambiar el proceso.
Sí, esta es la única conclusión que he sacado, que no es poco y que tiene miga. Ya comentamos en la anterior entrada que el método para la selección de profesorado era un sinsentido, no sirve y no garantiza que los más aptos para la docencia desempeñen esa labor. [Aprovecho este punto para felicitar a todos aquellos con vocación que han conseguido su sueño de trabajar como profesor, y no el de únicamente ser funcionario, que también].
Siempre que llegan las oposiciones se saca el tema y no son pocos los que creen que deberían cambiar, pero ¿cómo pensáis vosotros que debería ser la selección de personal docente? Nosotros ya propusimos un proceso en el que se diera importancia casi en exclusividad a la competencia como docente, puesto que para acceder al concurso-oposición ya tienes que certificar de sobra tus conocimientos sobre la materia (es parecido a lo que se hace en otros países donde los profesores no son funcionarios). Todos sabemos mucho inglés o muchas mates, pero ¿sabemos enseñarlas? y lo que es mucho más importante: ¿sabemos tratar con seres humanos? No sólo se enseñan materias, la vida transcurre en las aulas donde estos niños y adolescentes pasan la mayor parte del día durante al menos (en los peores casos) 14 años de su vida.
Con todas estas preguntas en la cabeza se nos ha ocurrido lanzarlas al ciberespacio para que seáis vosotros quienes propongáis vuestras alternativas al método de concurso-oposición. ¿Qué cambiarías? ¿Te parece el vigente el más adecuado? Nos gustaría que contribuyerais con vuestros comentarios y reflexiones.
Os dejamos la puerta abierta y os regalamos una canción.
3 comentarios:
Muy interesante esta entrada. Lo primero de todo, es que yo me temo que todo va a quedar como estaba antes del sistema transitorio, desgraciadamente, pero puestos a soñar, allá vamos!
Yo creo que el sistema tendría que basarse en dos pilares fundamentales:
1. la práctica docente
2. la adaptación de la práctica a las nuevas tecnologías
Se trataría de dar una clase, no de tener que crear toda una programación y unas unidades que nunca pones en práctica, pero claro, imagino que sería un poco complicado hacerlo con una clase real, pero sería lo ideal. Además, tanto el opositor como los miembros de los tribunales deberían estar preparados para lo que ya es el presente, la enseñanza utilizando nuevos medios y no siguiendo anclados en un sistema docente anticuado.
Por soñar....¿ eh?
Totalmente de acuerdo con tu proposición. ¡Y soñar es gratis!
pues sería un sinsentido que el sistema pidiera profesores que no es capaz de producir.
sería como evaluar a nuestros alumnos pidiéndoles contenidos que no hemos sido capaces de darles.
la verdad que más q importarm que es lo que piden en las opos, me importa que vean de una vez por todas que otra formación es absolutam necesaria para el profesorado, tanto en calidad como en cantidad
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