Cuando he escrito el título de la entrada he vuelto a sentir una punzada en el estómago como las que siempre siento ante las injusticias. Indignación, utilización, ninguneo, despropósito, ilegalidad y crueldad son palabras que me brotan cada vez que releo el titular: "No habrá oposiciones en Andalucía". Y no, no habrá, a sólo dos meses del examen. Los afectados son 35000 opositores, muchos de ellos interinos, como yo, que son los grandes perjudicados junto con el alumnado por estos recortes, con premeditación y alevosía, de un gobierno con poder absoluto que ejerce de manera dictatorial y por imperativo legal con la excusa de la crisis. Se nos ha utilizado desde el minuto uno, primero como baza electoral y después como venganza por no haber ganado las elecciones en esa comunidad.
Y ahora, ¿qué hacemos? Sin oposiciones a la vista- tampoco las habrá en 2013- y con los recortes que nos dejan sin vacantes y en condiciones laborales complicadas, ¿cómo encara uno la situación? ¿Qué alternativas tenemos? ¿Empresa privada? ¿Qué empresas privadas? ¿Es que hay alguna empresa en este país que dé trabajo a personal cualificado? ¿Qué hacemos los que somos docentes vocacionales que creemos en la educación pública? ¿Desistimos, renunciamos a las interinidades? ¿Nos sacan de lista y a otra cosa mariposa?
Hablo de interinos porque la mayoría de opositores lo son, yo lo soy. La vida de un interino no es de color de rosa: constantemente empezando en lugares en los que nunca se asienta, sin poder desarrollar sus facultades docentes plenas- muchos sustituyen a otros docentes y su labor es de continuidad- muchas veces gastando por adelantado el sueldo que recibirán en desplazamiento y alojamiento. Lo comido por lo servido. Sin garantías, sin recompensas, siendo el último mono. Paradójicamente, somos muy necesarios porque sin nosotros no se cubren las plazas que no salen a concurso y no se cubren las bajas. Sin nosotros los centros no funcionarían. ¿Por qué entonces se nos utiliza, se nos castiga, se nos ningunea?
Pronunciar el apellido del señor ministro, que lo pronuncio muy bien porque soy de idiomas, es sentirme avergonzada. Avergonzada de tener a alguien así dirigiendo un barco tan sumamente importante, que se ríe cuando presenta las reformas, se lía y se confunde y no conoce de lo que habla. Qué distinto al señor Gabilondo, un señor con saber estar, conocedor y perteneciente al mundo educativo. Lo hiciera bien, regular o mal. Partiendo de esa falta de respeto y ese desconocimiento de la realidad educativa, qué podemos esperar. Esperar a que se le caigan los palos del sombrajo y esto se venga abajo y tengamos una educación insostenible. ¿Quién piensa en los alumnos, en el futuro en igualdad de condiciones para todos ellos, en sus derechos?
Sé que nunca se hundirá del todo porque en ese gran barco van grandes profesionales anónimos y muchos alumnos con amor propio y con ganas de hacerlo bien. Docentes y alumnos que cuando se encierran en sus aulas se aislan de estas miserias y aprenden juntos. ¿Por qué la sociedad les castiga con la incomprensión? ¿Por qué se alegran cuando les recortan sus derechos?
En mi mesa están aún los apuntes de las oposiciones, la programación, la legislación, los rotuladores de colores, la unidades didácticas en el atril. Me he dado un día para reflexionar, ahora los recogeré y empezaré a diseñar el plan C y a seguir haciendo lo que sé hacer. Eso sí, haciendo planes hasta la puesta de sol porque es el único futuro que puedo asumir.
6 comentarios:
Enhorabuena por esta entrada. Tu opinión es la de muchos opositores. Os deseo mucha suerte y desde aquí mi ánimo a todos.
Muchas gracias, Lola. Por todo tu apoyo y tu ayuda.
Totalmente de acuerdo contigo. Ánimo, tenemos que seguir haciendo lo que nos gusta sea como sea.
Muchos ánimos. Desde luego el sistema necesita gente como tú.
Adelante.
gracias po compartir y dar voz a lo q todos pensamos. nuestro trabajo merece la pena y seguiremos haciéndolo lo mejor q podamos. pero q tristeza q ni nuestro ministro lo comprenda y valore
Muchas gracias a todos y ánimo a los que están en esta situación.
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