Leíamos esta mañana en El País el resumen del último Informe de resultados escolares elaborado por la Inspección de Educación con datos del curso 2007-2008, y los alumnos siguen "cateando" en las asignaturas de siempre. Según el informe, desde 2º de Primaria hasta 2º de Bachillerato los suspensos son los de mates, lengua e inglés. La proporción es de 1 por cada 5 alumnos en los primeros años, pero a medida que se avanza de curso son muchos más los que suspenden alguna de estas asignaturas.
La culpa ya está repartida...Los alumnos por no esforzarse nada, y los profes por no ser "amenos" o porque no saben explicar. Como profe de una de las asignaturas malditas, inglés, debo entonar el mea culpa en lo que a los profes se refiere, pero la vaguería de los alumnos es mayúscula. Se podrían discutir las causas pero casi todas probablemente recaen en la desgana de algunos profes, quizás contagiada por la apatía del alumno, y las pocas ganas de innovar o reciclarse, en lo que a la forma de enseñar se refiere. A continuación reproduzco una interesante reflexión de José Luis Girón, catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense y veterano docente en Bachillerato, sobre la asignatura de lengua, recogida en el citado artículo de El País.
"Les atormentamos con conceptos muy técnicos, monemas, fonemas...""Esta asignatura requiere gran capacidad de abstracción", añade. Girón considera que el currículo de la asignatura está mal planteado - "habría que separar lengua por un lado y literatura por otro"- y critica la base: "Los niños tienen que leer y escribir más y sus profesores deben ofrecerles textos con los que no se aburran". ¿Algún truco? Aparte de lo dicho, el catedrático no confía en más fórmulas mágicas. La verdadera clave, dice, es "estudiar y tener suerte".
La dedicación del alumno es a veces proporcional a la pasión que le ponga el profesor. Estamos convencidos de que estando al día y trabajándose un poco los temarios se pueden salvar algunos de estos suspensos. Fomentar en clase un buen ambiente de estudio y establecer unas rutinas metodológicas variadas que incluyan práctica y participación hará mucho bien a las dos partes.
Un trabajo duro, en muchas ocasiones sin reconocimiento, pero es nuestro trabajo y hay que intentarlo ¿no?.
La culpa ya está repartida...Los alumnos por no esforzarse nada, y los profes por no ser "amenos" o porque no saben explicar. Como profe de una de las asignaturas malditas, inglés, debo entonar el mea culpa en lo que a los profes se refiere, pero la vaguería de los alumnos es mayúscula. Se podrían discutir las causas pero casi todas probablemente recaen en la desgana de algunos profes, quizás contagiada por la apatía del alumno, y las pocas ganas de innovar o reciclarse, en lo que a la forma de enseñar se refiere. A continuación reproduzco una interesante reflexión de José Luis Girón, catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense y veterano docente en Bachillerato, sobre la asignatura de lengua, recogida en el citado artículo de El País.
"Les atormentamos con conceptos muy técnicos, monemas, fonemas...""Esta asignatura requiere gran capacidad de abstracción", añade. Girón considera que el currículo de la asignatura está mal planteado - "habría que separar lengua por un lado y literatura por otro"- y critica la base: "Los niños tienen que leer y escribir más y sus profesores deben ofrecerles textos con los que no se aburran". ¿Algún truco? Aparte de lo dicho, el catedrático no confía en más fórmulas mágicas. La verdadera clave, dice, es "estudiar y tener suerte".
La dedicación del alumno es a veces proporcional a la pasión que le ponga el profesor. Estamos convencidos de que estando al día y trabajándose un poco los temarios se pueden salvar algunos de estos suspensos. Fomentar en clase un buen ambiente de estudio y establecer unas rutinas metodológicas variadas que incluyan práctica y participación hará mucho bien a las dos partes.
Un trabajo duro, en muchas ocasiones sin reconocimiento, pero es nuestro trabajo y hay que intentarlo ¿no?.
Jim Wright Shoots Pete Yorn Music Video from BERNSTEIN & ANDRIULLI on Vimeo.
2 comentarios:
Tenemos que preguntarnos como se aprenden los nombres de los Pokemon, que son difíciles de narices, y no las palabras inglesas. Tendremos que ver que les gusta y potenciarlo, no solo los profesores, también nosotros, los padres.
El todo esta fatal esto no tiene arreglo, es ¡nefasto!, ¿qué esperamos entonces que hagan los muchachos?
Imagino que el tema de la motivación, o la falta de ella, es la pescadilla que se muerde la cola, pero sí que hay que romper con la desidia y conseguir clases dinámicas y que tengan significado para los alumnos.
Muy bueno lo que dice Juana, porque los jodíos se aprenden los nombres de los Pokemon pero luego cualquier hace que se aprendan varios verbos... quizás hay que hacer que Picachu hable inglés:)
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