La toma de decisiones laborales es un proceso que se extiende a lo largo de toda la vida. Se trata en definitiva de comprender tus propias aptitudes, intereses, habilidades y valores, y de combinar todo esto para crear un entorno en el que te sientas cómodo trabajando y donde puedas dar el máximo de ti mismo.
Esto es fácil así, en papel, pero la realidad es muy distinta y la mayoría de las veces no sabes por dónde empezar. La mejor manera de comenzar es intentando conocerte a ti mismo: qué quieres y qué no quieres; a qué estarías dispuesto a renunciar, si se diera el caso, y a lo que no; conocer tus límites e intentar sacarles el máximo partido.
Sin embargo, también es importante el apoyo de fuera, de los que te rodean y de los que creen en ti, de esos que te dicen la verdad y que estarán allí en caso de que al final tomes una decisión que no resulte.
A mí todo esto me parece un gran rompecabezas que a veces haces a ciegas y a tientas, con piezas que unas veces no encajan del todo. Es como sostener una brújula sin saber si la salida estará al norte.
Esto es fácil así, en papel, pero la realidad es muy distinta y la mayoría de las veces no sabes por dónde empezar. La mejor manera de comenzar es intentando conocerte a ti mismo: qué quieres y qué no quieres; a qué estarías dispuesto a renunciar, si se diera el caso, y a lo que no; conocer tus límites e intentar sacarles el máximo partido.
Sin embargo, también es importante el apoyo de fuera, de los que te rodean y de los que creen en ti, de esos que te dicen la verdad y que estarán allí en caso de que al final tomes una decisión que no resulte.
A mí todo esto me parece un gran rompecabezas que a veces haces a ciegas y a tientas, con piezas que unas veces no encajan del todo. Es como sostener una brújula sin saber si la salida estará al norte.
La clave es no desfallecer.
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